El escritor y exvicepresidente nicaragüense Sergio Ramírez denunció, desde Madrid, que regresar a su país «significaría la cárcel y por lo tanto la muerte», y que atraviesa un «exilio forzado» impuesto por «una dictadura», en alusión al Gobierno del presidente Daniel Ortega.
«Regresar a mi país significaría la cárcel y por lo tanto la muerte para mí. A mi edad no puedo estar preso sin los auxilios de un médico. Y ellos son muy despiadados», explicó Ramírez, de 78 años, durante un acto en Madrid para conmemorar los 30 años del Instituto Cervantes, citado por la agencia de noticias Sputnik.
Además, cuestionó las condiciones de las cárceles de Nicaragua como incompatibles con el cuidado de la salud.
«Hay prisioneros que pasan 24 horas al día con las luces encendidas o en centros de aislamiento. Son condiciones que yo no voy a ir a buscar», detalló.
Sobre las muestras de solidaridad que recibió desde que se emitió una orden de detención en su contra, dijo que le permiten «sobrellevar de mejor manera la peor circunstancia en que alguien, que ya viene de vuelta, puede atravesar, que es la del exilio forzado».
«Es lo más duro a lo que alguien puede ser sometido, saber que no puede volver a su país, que tiene las puertas cerradas, por la mano de una dictadura enemiga de los libros», añadió, en presencia de su colega cubano Leonardo Padura, del ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, y del director del Instituto Cervantes, Luis García Montero.
La Fiscalía nicaragüense acusó y pidió detener el miércoles pasado a Ramírez, de 78 años, por actos que «incitan al odio» y por «conspirar» contra la soberanía.
Ramírez, que se encontraba fuera del país cuando se emitió la orden, fue miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional que asumió el país tras el triunfo de la revolución sandinista de 1979, y fue vicepresidente de Ortega en su primer mandato (1985-1990).
El escritor que en 2017 se alzó con el premio Cervantes dijo hoy que no se lo persigue como líder político, sino por su última novela, que se publica esta semana en España, y «que desnuda los atropellos, las violaciones a los derechos humanos, el asesinato de decenas de jóvenes desarmados en las calles de Managua y otras ciudades del país en el año 2018».
«Y esta es la verdadera razón», sentenció Ramírez, cuya última obra se presenta en el marco de la Feria del Libro de Madrid.
«Tongolele no sabe bailar», la nueva obra del nicaragüense, es una entrega de las peripecias del inspector Dolores Morales, ambientada en las protestas de 2018, duramente reprimidas por el gobierno de Ortega.
El sábado, la Real Academia Española (RAE) pidió el «levantamiento inmediato» de la orden de detención contra Ramírez. Y el Gobierno español también rechazó las «infundadas» acusaciones contra el escritor.
Ramírez «ha demostrado siempre su compromiso en la defensa de la democracia en su país», afirmaron en un comunicado conjunto el ministerio de Asuntos Exteriores y el de Cultura, recordando «su papel en la lucha contra el régimen de los Somoza» desde el movimiento sandinista, al lado precisamente del actual presidente, Daniel Ortega.
Las relaciones entre España y Nicaragua se tensaron a raíz de la campaña de detenciones de opositores, entre ellos siete aspirantes a la presidencia en las elecciones generales del 7 de noviembre.
El presidente Daniel Ortega, de 75 años y en el poder desde 2007, se postula para un cuarto mandato sucesivo.